sábado, 17 de marzo de 2007

En forma general es una perdida de tiempo dedicarlo al balompie peruano pero algo se saca de lo que hacen actualmente estos chiquillos de la Sub 17, puede que los chiquillos no clasifiquen al Mundial de la categoría, aunque todo apunta a lo contrario. Pase lo que pase, ya le han dado al país una lección, ya que actualmente los equipos peruanos son goleados en la Copa y los jugadores se computan 'estrellas' en el mediocre campeonato local. ¿Qué ve la niñez en el fútbol de mayores? Sólo imágenes negativas. Jugadores que hacen noticia por cualquier cosa, menos por logros deportivos. Peloteros que hacen 'noticia emborrachándose en plena calle', 'individuos que son incapaces de reconocer un hijo y driblean hábilmente los exámenes ADN' o 'matones que agreden a los periodistas'. Ni qué decir de los que emigraron al extranjero. Pizarro llegó a renunciar a la selección, porque no quiso jugar un partido contra Chile, nuestro clásico rival. Sin embargo, para limpiar el excremento de sus caballos regresa desde Alemania cuantas veces quiera. Puede parecer duro, pero esa es la realidad. Por cosas así, hace 25 años que no vamos a un Mundial. Junto a estos fracasados, vegeta una corte de dirigentes impresentables encabezados por Burga, quien se mantiene sempiternamente atornillado al cargo. Cada eliminatoria los integrantes de la Comisión se vuelven más jocosos, más ignorantes, tanto así que un periodista discrepó, en su momento, con 'Pepe' Aramburú, porque éste, comparado con Giacarini, Mallqui o Juvenal, es un Havelange, un Stanley Ross o Johanson. La dirigencia nacional ni siquiera fue a despedir a los chiquillos de la selección Sub 17. Burga es infaltable en cualquier campeonato que sea en las costas de Argentina, Brasil o Venezuela, y asiste hasta a los campeonatos de fútbol femenino. Pero ninguno de ellos se dignó a acompañar a los chicos. Claro, los partidos eran en provincias de Ecuador, donde no hay ni hoteles 'cuatro estrellas'. Pero mejor, su presencia hubiese 'salado' al equipo. La gran campaña del conjunto de J.J. Oré se debe, fundamentalmente, a que este grupo no está 'contaminado'. Su casi nula exposición mediática los hizo fuertes y el trabajo psicológico del técnico, con charlas motivadoras de Víctor Vich, mantenidas en reserva, evitaron que se cayera en el circo, como las estrategias de motivación de Ternero -que tanto éxito le dieron en Cienciano-, fueron dinamitadas y boicoteadas por las 'vacas sagradas' de la selección adulta. Ojalá que los chiquillos sigan manteniendo la humildad y el amor a la camiseta y a su familia que demuestran en la cancha y fuera de ella.

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